jueves, 28 de junio de 2007

Recoleta, ciudad de ángeles...

El Cementerio de la Recoleta, por sus valores históricos y artísticos,
además de los personajes que están allí enterrados,
es el tercero en importancia a nivel mundial;
detrás del Père Lachaise, en París y el Staglieno de Génova.
Me parece muy acertada la definición de Omar López Mato, el cual
tituló su libro sobre el tema como Ciudad de ángeles.

Uno de los más bellos ángeles del Cementerio de la Recoleta.


El cementerio nació como camposanto de la Iglesia del Pilar y se edificó en el viejo huerto que los
monjes recoletos cultivaban. El barrio debe su nombre al convento de retiro que los frailes
establecieron a comienzos del Siglo XVIII. La Basílica se puso bajo la advocación
de la la patrona de la ciudad de Zaragoza. Allí había nacido Juan de Narbona, un
rico comerciante de la época, que en 1716 fue autorizado a contruir aquí un templo.
Fue inaugurada en 1732 y restaurada en 1930 por el arquitecto André Millé.
Fue declarada monumento histórico nacional en 1942.
En esta foto se nota claramente la asimetría de su frente.


La Basílica es una joya de la arquitectura colonial. Es la segunda más antigua
de la ciudad, detrás de la Iglesia de San Ignacio de Loyola.
Los arquitectos siguieron el modelo sencillo de los templos jesuíticos.
Este reloj inglés es original. La espadaña tiene un doble juego de campanas,
una de las cuales es de la época de su creación.


Los azulejos son originales y provienen de Talavera de la Reina, Provincia de Toledo.
La torre es de base cuadrada con capitel en forma de campana cubierta de azulejos.


Tiene un atrio o patio abierto, el cual primitivamente estaba
separado por un alto muro de mampostería, actualmente
se encuentran las rejas con punta de flecha.


Los muros son sólidos y sencillos. Los altares barrocos fueron hechos por indígenas.
Las ventanas en lugar de vidrios tienen alabastro que dejan pasar la luz.
La planta tiene forma de cruz latina. El piso es de baldosas rojas hechas traer
desde Barcelona por el Arquitecto André Millé.
En el piso hay lápidas de personas ilustres, pues de acuerdo con la
costumbre de la época los templos eran lugar de entierro.
Bellísimo altar con detalles en plata trabajada traída de Cuzco.


El púlpito barroco de madera tallada no se usa en la actual liturgia.
Fue realizado en Buenos Aires en dorado a la hoja de oro y fondo gris.-
Se encuentra coronado por la imagen de San Pedro de Alcántara,
segundo patrono de la Basílica.


Aquí vemos a los chicos de 5to. Año PMC del Instituto San Ramón Nonato
bajo el centenario gomero que se halla frente a La Biela.


En 1820, durante el gobierno de Martín Rodríguez y su ministro Bernardino Rivadavia,
fueron expropiados los terrenos ocupados por el huerto de la Congregación Franciscana,
siendo destinados a la construcción del Cementerio del Norte.
En 1822 fue inaugurado y era sólo para católicos. Mitre firmó un decreto que permitió que fueran
enterrados también los practicantes de otras religiones.- En 1863 perdió el carácter de camposanto porque
Bartolomé Mitre admitió que fuera inhumado en él un suicida.
En 1880 el primer intendente de la Ciudad de Buenos Aires, Torcuato de Alvear,
encargó su remodelación al Arquitecto Buschiazzo.
En el friso se destacan 13 alegorías, símbolo de la vida y de la muerte.


Al ingresar, a la derecha, se encuentra la Capilla de las bendiciones.
El cristo es de mármol de Carrara realizado en una sóla pieza
por el escultor italiano Giulio Monteverde, quien fuera
maestro de nuestra excelente escultora Lola Mora.


Ocupa cuatro manzanas y cuenta con más de 6000 sepulcros a perpetuidad.
Más de 70 bóvedas fueron declaradas Monumento Histórico Nacional.
Esta "dolorosa" corona el sepulcro de Facundo Quiroga, el Tigre de los LLanos.
Es de mármol de Carrara y representa a su esposa.
Fue la primera obra artística que tuvo el Cementerio.
El caudillo riojano se encuentra enterrado de pie,
por considerar que así debía ser enterrado un hombre.


En 1845 se contruyó la bóveda de los Ortiz de Rozas al morir Doña Agustina López Osornio,
madre de Juan Manuel de Rosas. Los restos de este último fueron repatriados en 1989 y
colocados junto a los de su esposa, Encarnación Ezcurra.
¿A qué se debe el cambio del apellido de Rosas? A una disputa sin importancia que tuvo con su madre.
A pesar de ello, ella siempre fue una mujer de gran carácter y sumamente respetada por sus hijos.


Esta monumental bóveda pertenece al Dr. Salvador María del Carril (1798-1883)
quien fuera un importante jurisconsulto, Gobernador de San Juan, Ministro de Lavalle y
Vicepresidente de la República bajo la presidencia de Urquiza (1854-1860).
Se destaca el baldaquino coronado por la figura del dios Cronos.


Sobre la entrada a la cripta se halla el busto de su esposa, Doña Tiburcia Domínguez.
Un desencuentro en el matrimonio quedó plasmado en las esculturas
de la bóveda dónde se los ve dándose la espalda.


Salvador María del Carril publicó una carta en los diarios de la época haciendo público
que no se haría cargo de las deudad de su esposa.
Esto enojó tanto a Doña Tiburcia que juró que nunca más le dirigiría la palabra y...
solicitó que el día que falleciera, su escultura se ubicara en la posición en que se encuentra
pues ni muerta quería estar frente a su marido.


¿Eso que está sobre la cabeza de los chicos... es un fantasmita?


Bellísima la imagen de Emma Nicolay de Caprile (?-1884).
De origen húngaro llegó a la Argentina para trabajar como maestra.
Desde las aulas del Colegio Normal Uno formó una generación de maestros.
Aquí la vemos, en una escultura de Ernesto de la Cárcova,
enseñándole las primeras letras a su sobrino.


Los gatos también son importantes personajes del Cementerio.


Aquí estamos frente a la bóveda art nouveau de Rufina Cambaceres,
en la opinión de algunos la dama de blanco que recorre el cementerio por las noches.
Se dice que su historia esconde una pena de amor que terminó con su vida a muy corta edad.
Dicen que sufrió un ataque de catalepsia, el día que cumplía 19 años y que fue enterrada viva.
Otros dicen que el día de su cumpleaños se enteró que su novio era amante de su madre.
¿Quién era el novio? Don Hipólito Yrigoyen.


Aquí vemos a los chicos de 5to. PMC TT (promoción 2007) con la profesora Marta Affre y Alejandra, la mamá de Luz.


Monumento a Torcuato de Alvear coronado por la Gloria
en actitud de avance triunfal. Fue inaugurado en el año 1900.

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